La flamante intendenta de la capital tucumana ofrece un laboratorio del ajuste que planea Milei. «Se acabó el patoterismo, voy a defender el bolsillo de los vecinos», dijo ante la amenaza de una marcha de los despedidos.
La flamante intendenta de San Miguel de Tucumán, Rossana Chahla, ajustó la planta de personal del municipio echando a 550 empleados pasados a planta sobre el final de la gestión de su antecesor, que integró Juntos por el Cambio, abrió un áspero conflicto político que amenaza con trasladarse a la calle.
En sintonía con el discurso de ajuste del gasto político que propone Milei y el gobernador Osvaldo Jaldo, la intendenta dispuso días atrás el despido de 550 municipales con el argumento que fueron designados por Alfaro poco antes de dejar el cargo y no cumplían función alguna.
Los despedidos convocaron a una marcha de protesta a la Municipalidad y en las últimas horas, incluso trascendieron chats donde se incita a «hacer quilombo en la puerta» de la Municipalidad y se propone que la protesta vaya «de menor a alta intensidad esta semana».
«No voy a dar ni un paso atrás, se acabó el patoterismo, voy defender el bolsillo de los vecinos de esta amenaza inadmisible», dijo Rossana Chahla ante el anuncio de las protestas.