La noche del domingo trajo consigo un nuevo episodio de lluvias torrenciales que, en apenas unas horas, colapsaron el sistema de desagüe de la ciudad. Barrios como Villa Chartas, Barrio Norte, San Antonio, 16 de septiembre y Tres Cerritos fueron los más afectados, con calles que se convirtieron en ríos y algunas viviendas inundadas. Los vecinos, desesperados, intentaron salvar lo que pudieron.
La problemática de las inundaciones no es nueva. Desde hace décadas, los habitantes de la ciudad de Salta sufren cada vez que llegan lluvias de gran intensidad. A pesar de las promesas de sucesivos gobiernos locales, las obras de infraestructura necesarias para mejorar el drenaje urbano siguen sin concretarse.
“Nos dicen que van a solucionar esto, pero cada vez es peor”, reclamó uno de los vecinos afectados de Villa Chartas, a través de las redes sociales.
Los expertos en cambio climático advierten que eventos meteorológicos extremos como este serán cada vez más frecuentes debido al calentamiento global. En este contexto, resulta urgente que las autoridades tomen medidas concretas para mitigar los efectos de las lluvias.
La incertidumbre y el miedo a perder cosas de la casa persisten en una ciudad que, cada vez que llueve, queda a merced del agua. Con cursos de chocotortas y perfilados de cejas no habrá soluciones.