Otra vez el gobernador Gustavo Sáenz vuelve a estar en el centro de la polémica, luego de que se conociera que utilizó el avión sanitario de la provincia para ir hasta Cafayate y participar de la Serenata. El viaje en avión duró apenas 10 minutos. ¿Ameritaba el uso de este recurso destinado a emergencias médicas para un traslado personal?
El uso del avión sanitario, que está destinado a emergencias médicas y traslados de urgencia, fue cuestionado en redes sociales. Muchos criticaron la falta de criterio en el uso de los recursos estatales, señalando que la aeronave debería estar exclusivamente al servicio de quienes realmente la necesitan.
El despilfarro de fondos públicos ya se hizo común en el gobernador, ya que en muchas ocasiones utilizó la aeronave de la provincia para cuestiones personales, como sus vacaciones. Mientras tanto, la desocupación, la inseguridad y la falta de oportunidades crece a pasos agigantados en Salta.
Los problemas en el sistema de salud, pese a que ya no se atiende de forma gratuita a quienes no residan en el país (otra medida demagógica) también se profundizaron.
Ni siquiera el argumento de “una agenda apretada” justifica un viaje en avión a Cafayate. El gasto que ocasiona al Estado es muy grande y, además, no fue de emergencia. Se trató de un viaje de tan solo 10 minutos.
Ya es Cafayate, el gobernador no dejó pasar la posibilidad de subirse al escenario mayor y cantar como si fuera una estralla del folclore salteño.
La polémica pone en discusión la ética en el uso de los recursos estatales y deja en evidencia la desconexión de algunos dirigentes, como el gobernador Gustavo Sáenz, con las necesidades reales de la población.
Fuente: opinorte